martes, 22 de abril de 2014

Pelotas de San Expédito

Estos días de fiesta hemos versionado una receta de Eva Arguiñano, que no es muy dulce, y sí es totalmente adictiva.

La versión original son Huesos de San Expédito, de forma alargada, como palitos, pero nos ha apetecido más hacer bolitas, que han quedado bastante grandotas una vez hechas, y de ahí que las rebauticemos como "pelotas".


Vamos con la receta!!



La receta es muuuy sencilla y no requiere horno, así que atreveos a hacerla que es muy agradecida y gustará a mayores y a niños.

Ingredientes: 

- 250gr de harina de trigo
- 1 huevo y 1 yema
- 9gr de levadura química (tipo Royal, medio sobre)
- 50gr de azúcar 
- 100ml de anisete / licor de anís, o unas gotas de aroma concentrado de anís
- Aceite de oliva suave para freír 
- Azúcar glass para rebozar

Mezclamos la harina con la levadura, la tamizamos en un bol e incorporamos luego el resto de ingredientes. Amasamos hasta tener una masa compacta, homogénea, que no se pegue a las manos. No quedará muy dura, pero si lo suficiente para formar una bola grande.
Dejamos reposar la masa entre 30 y 60 minutos.

Una vez reposada, podemos ir cogiendo trozos de masa y hacer bolitas con las manos, como si formáramos albóndigas. No hagáis bolitas muy grandes porque se hinchan mucho luego al freirlas. Nosotras las hemos hecho del tamaño de una nuez.

Freímos las bolitas en aceite de oliva suave no excesivamente caliente, en pequeñas cantidades. Id poniéndolas de poco en poco y vigiladlas, porque al echarlas en el aceite se van al fondo, y luego van subiendo poco a poco. Cuando floten, las dejamos dorar un poco y las retiramos, colocándolas sobre papel absorbente de cocina para eliminar el exceso de aceite que pudieran tener.

Cuando estén tibias, las pasamos a un plato o fuente en el que habremos puesto azúcar glass y las rebozamos en él. Si las ponéis en caliente, se fundirá enseguida el azúcar, y en lugar de obtener unas bolitas "nevadas", tendréis un glaseado tipo donut (es otra opción a considerar, si os gusta así  : ) 

Se pueden comer tibias o bien dejarlas enfriar y degustarlas con un café, un chocolate o solas. Estáis avisados: no podréis comer sólo una!!!!

Aguantan tiernas hasta el día siguiente, si las conserváis tapadas fuera de la nevera, pero... recién hechas es cómo están más ricas!

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